Contrapunto por Miguel Ángel Gómez Ruiz

Contrapunto 

Miguel Ángel Gómez Ruiz 

Los abusos de Sofía Martínez y compañía

 

De todo lo narrado hasta el momento sobre la forma en la que la presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz (TSJEV), Sofía Martínez Huerta, ha incurrido en lo que se refiere a tráfico de influencias, abuso de poder, nepotismo y otras cosas, sorprende que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez no haya opinado nada y tan sólo se limite a decir que enviará seis propuestas para nombrar a igual número de nuevos magistrados.

El TSJEV está en desgracia, literalmente en la ruina moral y posiblemente hasta económica. No en balde las disputas entre el secretario de gobierno, Eric Cisneros y el coordinador de la fracción de Morena en el Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, no sólo por ganar posiciones, sino porque el bocado es inmenso, un presupuesto de más de 1 mil 400 millones de pesos.

No olvidemos que hay elecciones el próximo año en la que se renovará el Congreso local, sino que se elegirá a 212 alcaldes y además, se disputarán 21 diputaciones locales.

Volviendo al tema del Poder Judicial, todo estuvo mal desde el principio, cuando un inexperto gobernador como Cuitláhuac García, se dejó engatusar y avaló el nombramiento de 13 magistrados, todos afiliados a Morena, para comenzar la invasión de ese órgano.

Al mes siguiente, se tomó la decisión más estúpida de los últimos años, al avalar el pobre currículum y nula trayectoria de Sofía Martínez Huerta, que nada tenía que hacer ante el inmenso trabajo que durante 48 años ha desempeñado la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros.

Con poca preparación, una carrera profesional que estudió ya con edad avanzada, con serios problemas físicos y aparentemente sin carácter, Sofía Martínez Huerta llegó y se apoderó del Poder Judicial para nombrar a familiares, amigos y conocidos. El descaro más grande fue cuando nombró a su nuera, Mayra Angélica Martínez Juárez como secretaria de Acuerdos del Consejo de la Judicatura. También incrustó a su hijo César Díaz Martínez en Comunicación Social, con gran sueldo pero nula capacidad y lo que es peor, jamás mejoró la imagen de su madre.

Ella recortó recursos en juzgados, presionó a jueces para que dictaran prisión preventiva a funcionarios municipales ajenos a Morena, no se dignó a recibir a funcionarios del Poder Judicial, entre ellos jueces que requerían auxilio inmediato y jamás se preocupó por acercar la justicia a los veracruzanos, más aún en estos tiempos de pandemia. Tan sólo unas guardias y ya, no implementó ninguna acción para que se aceleraran asuntos que requerían de una resolución inmediata. Ha sido pedante y presiona a quien quiere.

Su nuera era igual, o peor. Maltrató a todo aquél que se puso enfrente y creyó que seguiría viviendo a costa del erario, hasta que el grupo rival se le sublevó a Sofía Martínez.

El día en que integrantes del Consejo de la Judicatura acordó actuar a sus espaldas, Sofía Martínez hasta blandió su bastón. Encolerizada por la acción –despidieron a personas que ella nombró- insultó a quien se le cruzó enfrente y la discusión fue, de acuerdo a quien la presenció, de época.

Sí hubo patrullas, sí se escoltó a los despedidos hasta que dejaron las instalaciones y fue tal su enojo que se apoyó en amigos e incondicionales para no permitir que las personas recién nombradas, tomaran posesión de sus cargos.

Es verdad, a Sofía Martínez Huerta la traicionaron, pero no es una víctima. Ella abusó del poder y fue de delito en delito. Que haya habido otros que se sublevaron es porque se sienten protegidos y no quieren repartir el pastel, como se dice comúnmente entre los corruptos.

Porque si alguien traicionó a Sofía, fue Pedro Luis Reyes Marín, un magistrado que incrustó a muchos familiares y que ha hecho de su cargo, un gran negocio.

Obedeció en todo a Humberto Oliverio Hernández Reducindo, un sujeto venido a más gracias al amparo de sus jefes Domingo Bahena Corbalá, Sergio Hernández y el principal cabecilla, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín, el mismo que se empoderó y que ya se candidatea desde ahora para el Senado de la República en 2024.

Hernández Reducindo ocupó el lugar de Mauricio Duck Núñez, cordobés que llegó allí hace tiempo por recomendación de Gerardo Buganza. Fue un funcionario común y corriente, pero se empoderó gracias a Bahena Corbalá y como sabe algo de leyes, conquistó el corazón de Gómez Cazarín que de leyes sabe lo que López Obrador de aeronáutica.

Hace unos días, el representante del poder Legislativo se enfrascó en una fuerte discusión con Sofía Martínez y no sólo le restó poder, sino que se convirtió en el brazo armado de Gómez Cazarín. Ahora se siente con el poder de mandar inclusive por encima de la presidenta.

Es obvio que el entripado no se le quitará fácilmente a la titular del Poder Judicial, pero lo triste es que ni el gobernador Cuitláhuac García ni su primo, Manuel Huerta Ladrón de Guevara le han defendido y muy difícilmente lo harán a futuro.

Pareciera que el plan es que cumpla los 70 años y deje el cargo, a menos que le otorguen los diputados una dispensa, pero estando Gómez Cazarín como coordinador eso no pasará.

En cuanto a los nombramientos de los próximos magistrados hay un problema. El gobernador propondrá a seis, pero deben recordar que Roberto Dorantes ganó un amparo desde el año pasado y no puede ser destituido. Además, Marco Antonio Lezama Moo, de gris trayectoria en el Poder Judicial también se resiste a dejar su salario allí y busca ampararse.

Así que algo deberá ocurrir y es que se tendrán que poner de acuerdo y eso se ve tan lejos.

Otra cosa, Sofía Martinez, Hernández Reducindo, Gómez Cazarín y Eric Cisneros se han vuelto prepotentes y hasta peligrosos.

De Sofía Martínez ya hemos narrado parte de sus correrías y traspiés.

De Hernández Reducindo vemos a un consejero que se siente apoyado y que cree que puede hacer y deshacer, pero es un simple equis que en algún momento se descuidará. Ni es tan bueno, pues es el responsable de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación haya revocado la decisión de desaforar a Paulino Domínguez, alcalde de Actopan. Le ocasionaron a Morena un gran revés al ordenar que se le reinstale como presidente municipal.

De Gómez Cazarín ya sabemos que tira la piedra y esconde la mano y sigue gastando recursos del Congreso local para promoverse y de Eric Cisneros, quien se salvó milagrosamente de morir de Covid-19, presionó y amenazó a alcaldes de la región para que estos aprobaran las reformas a la Constitución del Estado para quitar prerrogativas a partidos políticos y proteger a Cuitláhuac García para que no vaya a consulta para dejar su cargo. Allí también tendrán un revés histórico una vez que dé su sentencia la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Pero a lo que voy, estos tipos, aberrantes, se han vuelto peligrosos. Corruptos, intransigentes. Intolerantes. ¿Qué pueden esperar los veracruzanos con esas actitudes? ¿Qué profieran amenazas contra aquellos que alcemos la voz para denunciar su actuar? Vaya, al parecer en Morena no tuvieron problema para adoptar las malas mañas de otros partidos.

¡Quédate en casa!

Redacción/RCK Noticias/Xalapa, Ver.

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